La importancia de la vacunación

La vacunación es una forma segura y eficaz de prevenir enfermedades y salvar vidas.

En la actualidad disponemos de vacunas para protegernos contra al menos 20 enfermedades, entre ellas la difteria, el tétanos, la tos ferina, la gripe y el sarampión. En su conjunto, esas vacunas salvan cada año tres millones de vidas.

Cuando nos vacunamos, no solo nos protegemos, sino también a todo nuestro entorno. Ésta es la llamada inmunidad de rebaño a la que se hace alusión en las campañas de promoción de la vacuna del COVID-19.

Algunas personas que padecen enfermedades graves, por dar un ejemplo, no pueden vacunarse; por lo tanto, la protección de esas personas depende justamente de que los demás nos vacunemos y ayudemos a reducir la propagación de los virus.

Durante la pandemia que estamos atravesando de COVID-19 la vacunación sigue siendo de importancia crucial. La misma ha provocado una disminución del número de niños que reciben inmunización sistemática, lo que podría dar lugar a un aumento de enfermedades y defunciones por enfermedades prevenibles.

La OMS ha instado a los países a que garanticen la continuidad de los servicios de inmunización y salud esenciales, a pesar de los desafíos que plantea la COVID-19. Así mismo se aconseja la continuidad en la lactancia ya que se ha comprobado que el riesgo es muy bajo para la lactancia y el lactante. Y que además es seguro y se produce un pasaje de anticuerpos al dar de mamar.

Según indica el sitio elactancia.org «Es altamente improbable que los componentes de las vacunas contra la COVID-19 puedan excretarse en leche materna y, en cualquier caso, serían digeridos en el intestino del lactante (InfantRisk 2020/12/18). Parece razonable pensar que si la enfermedad (COVID-19) es compatible con la lactancia, más lo será su vacuna, que ni siquiera contiene el virus vivo.»

Como afirma la OMS en su sitio oficial la vacunación es inocua y, aunque pueda producir efectos secundarios, como dolor en el brazo o fiebre baja, suelen ser muy leves y temporales.

Todas las vacunas autorizadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las distintas fases de los ensayos clínicos, y siguen siendo evaluadas con regularidad tras su comercialización. Además, los científicos hacen un seguimiento constante de la información procedente de diversas fuentes en busca de indicios de que causen efectos adversos.

Es mucho más probable padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna. Los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos a los que exponen, y sin vacunas habría muchos más casos de enfermedades y de defunciones.

Las vacunas salvan vidas.

 

 

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